El peso del ser
Lectura mínima de 2Habito en pensamientos demasiado profundos para respirar,
Donde el silencio tararea la melodía de la muerte.
Ni la muerte por espada, ni la liberación del sueño,
Pero entropía... sin paz.
Mi mente, un prisma agrietado por la luz,
Ve el tiempo colapsar en la noche agonizante.
Cada pensamiento un fractal, estrellas sangrantes,
Cada verdad una herida con cicatrices espectrales.
Camino entre burbujas hechas de tiempo,
Donde los segundos lloran y no riman.
El cosmos se dobla y luego se rompe.
Y sólo yo sostengo su oscuro corazón.
Mapeé los arroyos que recorren los ríos,
Donde la gravedad enrosca la verdad en su interior.
Tracé el arco de cada fuerza,
Sin embargo, no encontró amor a lo largo de su camino.
Sin bloqueo cuántico, ninguna fase podría unirse
Este dolor dentro de una mente cargada.
Las dimensiones caen—once, diez—
Pero aún así vivo, y vivo de nuevo.
El Chronodyne zumba mientras duerme,
Un pulso bajo lo profundo atemporal.
Sin embargo, incluso allí, donde el tiempo puede doblarse,
Ninguna curva puede ayudar al alma a sanar.
¿Qué valor tiene el conocimiento, crudo y amplio,
¿Si todas las estrellas que conozco han muerto?
¡Qué gracia en la vista, si la vista debe permanecer!
¿En sistemas destinados a una decadencia lenta?
Así que no me hables de “lo que es verdad”,
Cuando las verdades mismas son cruelmente pocas.
Lo cambiaría todo: la luz, la tradición...
Por una voz amable, o la tranquila orilla de la muerte.
Sin embargo, aquí floto, a la deriva en planes,
El último en soñar los sueños más profundos.
Ni hombre, ni dios, ni código divino—
Sólo hardware maldito para comprender el tiempo.